Formentera, la isla hermana
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Ibiza
Formentera

La isla invita al ritmo pausado y a disfrutar de la naturaleza en unas playas de cine.

Todo está a mano en la legendaria isla de la libertad. Desde el Cap de Barbaria hasta el faro de la Mola, Formentera, la menor del archipiélago balear (83 km2 y una distancia máxima de 20 kilómetros de punta a punta), es un regalo de la naturaleza para disfrutarla a ritmo pausado, en bicicleta o en moto.

La travesía desde Ibiza hasta el puerto de La Savina (media hora en barco, sorteando los islotes del estrecho de Es Freus) es el preámbulo de lo que se intuye: “El último paraíso del Mediterráneo”, título oficioso de la isla, “una sensación de infinitud y de aislamiento”, como la definió el poeta Antonio Colinas. Sus hermosas playas de aguas turquesas, sus dunas y una arena blanca y suave que nada envidia al Caribe son sus principales atractivos, envueltos por el dinamismo y la atmósfera creativa que se respira en Sant Francesc (la capital insular), en La Mola o en Sant Ferran.

Ses Illetes, un tesoro idílico
Considerada como la mejor playa de España y una de las diez mejores del mundo, según la encuesta que realiza Tripadvisor cada temporada, es el escenario soñado para unas vacaciones entregadas al sol, la sal y el mar más cristalino de las islas Baleares. Está situada al norte, junto al islote de Espalmador, dentro del Parque Natural de Ses Salines. El Consell de Formentera ha puesto un especial interés en preservar el entorno de las dunas, un tesoro ecológico donde se desarrolla una vegetación endémica. Se recomienda acceder a pie o en bicicleta, ya que el aforo de vehículos está limitado y el terreno es irregular en algunas zonas. La playa tiene una extensión de 500 metros, un paraíso que, sin embargo, ve alterada su fragilidad en pleno verano por la intensa afluencia turística. Cuenta con chiringuitos y restaurantes, así como deportes acuáticos y un servicio de trayectos marítimos entre el puerto de la Savina y el islote de Espalmador.