Sant Antoni de Portmany. Paraíso de contrastes
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Ibiza
Sant Antoni de Portmany

Sant Antoni ofrece un conjunto de experiencias que van más allá de su merecida fama por los bellos atardeceres frente a sus costas y su puntera oferta de ocio nocturno.

Sant Antoni de Portmany, donde la puesta de sol es uno de los prodigios, está enclavado en una hermosa bahía. Ofrece al visitante un interesante patrimonio y un paisaje interior sorprendente, la posibilidad de disfrutar de sus tranquilas playas, de degustar una gastronomía excelente y variada o de practicar deportes náuticos. 

La música de los bares y restaurantes de la zona de Caló des Moro y Ses Variades atrae a miles de personas cada año. El atardecer en la costa de Poniente de Ibiza y Formentera es un espectáculo conmovedor. La contemplación de la puesta de sol es un paso previo para disfrutar de la noche en célebres locales y discotecas. 

El patrimonio cultural de Sant Antoni también es variado y sorprendente. Merece la pena descubrir el centro cultural de Sa Punta des Molí, al final del paseo marítimo, y las iglesias blancas de Sant Rafel, Santa Agnès o Sant Mateu, sin olvidar las torres de defensa.

Santa Agnès, almendros a la luz de la luna
La llegada a Santa Agnès de Corona por las carreteras serpenteantes de Sant Rafel, Sant Antoni o Sant Mateu constituye una inmersión en el área geográfica de Es Amunts, la franja norte de la isla caracterizada por sus bosques y una costa escarpada. La floración de los almendros en el valle de Corona, entre enero y febrero, es un regalo de la naturaleza que pocos visitantes conocen. A un kilómetro de este minúsculo pueblo –consistente en la iglesia, una tienda de artesanía y dos bares-, descubrirá los imponentes acantilados sobre los islotes de Ses Margalides: una vista de vértigo.