El edificio en el que se aloja este museo es la última vivienda del extraordinario pintor valenciano Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) en Madrid. El artista hizo levantar dicho inmueble en los inicios del siglo XX, residiendo aquí hasta su fallecimiento. Después de la muerte de Sorolla, su viuda cedió el edificio al Estado español, convirtiéndose en museo en el año 1932. En él se exhibe una importante colección de obras del pintor, la más importante del mundo. Además del indudable valor que tiene la pinacoteca, el visitante tiene la oportunidad de contemplar lo que era una casa de un artista a principios del siglo XX, ya que se ha intentado conservar el carácter original, con las dependencias de la vivienda separadas del taller del pintor.