Dalt Vila, Patrimonio de la Humanidad
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Ibiza
Eivissa

Las románticas callejuelas empedradas y unas magníficas vistas invitan al paseo por las murallas y baluartes de la antigua ciudadela.

La ciudad fortificada de Dalt Vila, escenario de batallas e invasiones por su estratégica situación entre el Levante español y el norte de África, fue habitada por los fenicios en siglo VII a.C. Aquí erigieron y defendieron sus templos romanos, musulmanes y cristianos. A mediados del siglo XVI, Felipe II ordenó el refuerzo defensivo de Ibiza y la construcción del extraordinario entramado de murallas y baluartes, que en 1999 fue reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

La vieja capital fenicia abierta al mar condensa en Dalt Vila, murallas adentro, 27 siglos de historia. Es un plácido viaje al pasado, imprescindible para entender los orígenes de la isla. Contemplar la panorámica del mar a los pies de la catedral o del viejo Ayuntamiento es una experiencia conmovedora.

La arquitectura renacentista y sus románticas calles empedradas invitan al paseo intra muros. Desde arriba, las vistas al puerto y a Formentera son espectaculares. En Dalt Vila también se encuentra la catedral gótica y la antigua Almudaina, que está siendo rehabilitada como Parador Nacional, el primero de Baleares. El Museo Diocesano, la Casa de la Curia (actual oficina de información turística) y el centro de interpretación Madina Yabisa son visitas recomendadas, así como el renovado Museo de Arte Contemporáneo y el Convento de los Dominicos, antigua sede del Ayuntamiento.

Bajo las murallas, en las calles del antiguo barrio de pescadores de Sa Penya, en La Marina, el puerto, en el céntrico bulevar de Vara de Rey, en las principales avenidas o en la burbujeante Plaza del Parque se concentra la actividad comercial, administrativa y de ocio.