Tradiciones, mercados y gastronomía vertebran la Navidad de Mallorca. Una oportunidad única para descubrir la cara más auténtica de la isla en el corazón del invierno.
En Palma, la Navidad comienza con el encendido de las luces navideñas en el paseo del Born. Es el pistoletazo de salida a un mes de celebraciones. A partir de mediados de diciembre ya se pueden visitar pesebres excepcionales, y hasta el día 5 de enero se celebran mercadillos en Palma y en pueblos como Inca o Artà. La noche del 24 de diciembre, las iglesias parroquiales celebran la misa de Maitines, en el transcurso de la cual una niña interpreta la Sibila —un canto de origen medieval declarado Patrimonio Inmaterial por la Unesco—.
Otra fecha señalada es el 31 de diciembre: a la medianoche se comen las doce uvas al son de las campanadas y se brinda por el nuevo año. Y el 5 de enero se celebra la Noche de Reyes con una cabalgata que acompaña a Melchor, Gaspar y Baltasar, encargados de repartir juguetes e ilusión. Al día siguiente se descubren los regalos y se come el tortell, pan dulce que contiene un haba seca y la figura de un rey, y que cierra el ciclo de la Navidad en Mallorca.