La variedad de oliva Mallorquina es una aceituna pequeña de color verde, verde amarillento o marrón-negro, según su grado de maduración, con un sabor amargo y una pulpa untuosa, rica en ácidos grasos insaturados.
La Oliva de Mallorca con Denominación de Origen Protegida, resulta perfecta para la conservación, y procede de olivos cultivados sobre todo en terrazas delimitadas por muros de piedra seca.
Las olivas se comercializan en tres variedades: entera natural, con sabor intenso y regusto prolongado; verde partida, amarga y aliñada con hinojo y guindilla; y negra natural, aceitunas recolectadas tras el envero que se presentan aliñadas con aceite de oliva virgen extra con DO Aceite de Mallorca. Indispensables en el aperitivo y para acompañar el “pa amb oli”.